Pas Denom: ¿Cómo es tu historia de inicio con la materia?
Margaret Greenhill: Desde niña crecí en el campo y, desde entonces, me es natural observar y contemplar materiales en la naturaleza, ver como se transforman con las estaciones, la temperatura y los elementos que predominan en el ambiente. Comencé a experimentar con estos, jugando a ser la naturaleza, pintando piedras y tallando madera, nunca quise intervenir tanto, porque para mí esas piezas ya eran perfectas. Con los años experimenté con la pintura en lienzo para plasmar mis sensaciones y emociones, pero me parecía limitante el formato 2D. Luego, al estudiar diseño industrial me relacioné de forma muy natural con los volúmenes, los objetos y la relación que éstos tienen con el cuerpo."
"La curiosidad incansable y la exploración profunda de las sensaciones, me llevan a poner la lupa en mundos diminutos"
PD: ¿Por qué ésta materia?
MG: Mi primera práctica la hice en un taller que arreglaba frenos de camiones, en donde su dueño había estudiado Forja Artística en la escuela de artes y oficios en Santiago, hasta cerrar en el año 1973 tras el golpe militar. Tenía un pequeño rincón en su taller con los materiales necesarios para desarrollar su amada afición. Aprendí a forjar a la antigua fierro negro calentado entre las brasas y pude conectarme con las formas sutiles que se pueden lograr martillando, forjando y torciendo el fierro.
La segunda práctica la hice en Concepción en el taller de Carmen Díez. Ahí conocí la plata y me enamoré del material, de las técnicas, de las posibilidades en el formato y de las herramientas, las lupas y todo aquello que me permitiera hacer pequeños objetos para el cuerpo. Por sobre todo, me enamoré del silencio del oficio y me prometí que algún día me dedicaría a esto, pero nunca pensé que sería de forma profesional.
"Marcos Riesen, teólogo y terapeuta suizo, con el que he aprendido a explorar la relación con mi cuerpo y el momento presente"
PD: ¿Cuál es tu relación con la materia prima?
MG: En cuanto a los metales, me encantan sus cualidades plásticas, de adquirir volumen, textura, todo esto mediante distintos elementos como el fuego, agua, aire; la forja, la torsión y el vaciado. Me gusta el olor de la plata y el oro, me gusta sentir las manos teñidas de metal y de madera, el olor de la madera, cada una con su característica tan especial.
PD: ¿Inspiración?
MG:La curiosidad incansable y la exploración profunda de las sensaciones, me llevan a poner la lupa en mundos diminutos; a contemplar la naturaleza, aromas, formas, texturas, sonidos y ritmos; a realzar esa belleza silenciosa que habita en paralelo a nuestra cotidianeidad que pasa desapercibida. Los momentos, fotografías tomadas con la memoria, son materializados en joyas y objetos que no buscan más que mostrar la fragilidad del tiempo que transcurre, que deja huella a su paso sobre materiales que cuentan historias y que son poesía en sí mismos.
PD: ¿Algún mentor?
MG: Marcos Riesen, teólogo y terapeuta suizo, con el que he aprendido a explorar la relación con mi cuerpo y el momento presente, y que me ha acompañado en el camino de hacer de este mi oficio y mi sustento. Mis profesores de Walka, Claudia Betancourt y Nano Pulgar. Con Tannel Veenre, artista Estonio y con Mari Ishikawua, artista japonesa, se me abrieron las puertas para explorar lo que pasa con la joyería de arte a nivel internacional.
PD: ¿Propósito?
MG: Me gustaría seguir creciendo y expresándome con la orfebrería como herramienta. Generar contenido en torno a los procesos creativos de las personas y promover la innovación.